LOS CINcuenta SIcuentan

LOS CINcuenta  SIcuentan

Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo

www.jorgemanuelzelaya.com

Septiembre 6, 2018

Recuerdo vívidamente que cuando tenía la edad de 14 años, una prima muy cercana a mi madre, quien había decidido estudiar en la Universidad en Tegucigalpa, al casarse le pidió a mi madre si podía tener la boda civil en nuestra casa. Mi madre aceptó con mucho agrado y entusiasmo. Cuando dicha ceremonia tuvo lugar, me acuerdo muy bien  el momento cuando el novio levantó la copa y brindaron por el futuro promisorio de su unión. En ese momento, y de una manera completamente espontánea me acerqué a mi madre y le pregunté en voz baja, de forma muy discreta y prudente, sobre la edad del novio ( a partir de ese momento era  esposo de su prima). Ella me contestó contundentemente:  ¨25 años de edad¨. De inmediato me dije a mi mismo: “WOW …25 AÑOS DE EDAD…QUE VIEJO!!!! ¡¡ES LA EDAD DE CASARSE!! ¡¡QUE MAYOR SE VE!!   Hoy, 6 de septiembre de 2018, me encuentro alcanzando el DOBLE  de la edad de la que tenía el primo político el día de su boda. Bajo esa perspectiva histórica, debería de sentirme mayor (DOBLEMENTE MAYOR para ser exacto).

El tema de la edad del ser humano es algo que ha fascinado a las distintas generaciones durante mucho tiempo.  Honduras, según estudios recientes, tiene una expectativa de vida de 73 años. Si yo hubiera nacido en Mónaco estaría condenado a la mayor expectativa de vida del mundo con  90 años , al contrario de la expectativa de vida del país africano de Chad que es de  50 años. ( si hubiese nacido ahí, esto no sería un ensayo sino una nota de luto casi post mortem!) . Si profundizamos un poco más, con detenimiento y atención el detalle, podemos aprender que la expectativa de vida del mundo antes o y los primeros años después de Cristo, no pasaba de 40 años. Aunque también la historia nos brinda algunas raras excepciones como la de Jeanne Louise Calment (una supercentenaria que vivió 122 años en Francia) que se convertiría  en la ¨medallista de oro¨ de la olimpiadas de la gente más longeva.

Ahora bien, si de expectativa de vida se trata, la ciencia trabaja incansablemente hoy en día por lograr que en el futuro vivamos más tiempo y de mejor manera. Científicos de la Universidad de Stanford han pronosticado que nuestra expectativa de vida puede expandirse perfectamente en las próximas décadas debido a múltiples factores y razones.

Sin embargo, yo llego hoy a mis primeros 50 años (porque mi sueño es vivir saludablemente hasta los 101!!! )  con sentimientos encontrados: Por un lado, un tremendo, profundo y casi gigantesco agradecimiento a Dios por las increíbles bendiciones y oportunidades que me ha dado en la vida durante todos estos años. Por otro lado, el tener que aceptar todo lo fallado, no logrado y perdido.  Hace una década exactamente hoy, despertaba con mi familia en mi cumpleaños 40 para ver el amanecer en el precioso caribe de Honduras, en medio de una crisis de mediana edad. Hoy despierto para ver el amanecer de una nueva parte de mi vida, con una visión un tanto distinta de las cosas: Que el futuro sea una aventura.

Cuando pienso si los años transcurridos son muchos o pocos, recuerdo aquel libro que me impactara profundamente en 2010. El libro ¨La edad es solo un número” – escrito por Dara Torres, una de mis nadadoras olímpicas más admiradas, ejemplifica las luchas de Dara  cuando a los 41 años regresó a las olimpiadas para ganarle a chicas que podían ser sus hijas.

Ahora bien, pensar que la edad no pasa en vano es un tanto ingenuo, poco práctico y hasta irresponsable. Hoy estoy consciente de que la cantidad   de años que viva no depende mucho de lo que yo pueda controlar. Sin embargo, la calidad de la vida (corta o larga que me quede) depende mucho de la respuesta que yo decida dar a lo que me pase. La pelota está en mi cancha.Punto.

Mi vida puede culminar a mis soñados 101 o sin querer pasar de lo soñador a lo trágico, puede terminar mañana. Es justo ahí cuando recuerdo las palabras de un profesor que me dijo en mi maestría: “Estudia como si fueras a vivir 100 años y vive como si fueras a morir mañana” .

Hoy puedo decir, con más certeza de la que me gustaría aceptar, que durante este viaje al Quinto Piso, he tenido  más errores , desaciertos y metas no logradas de las que creí que podía haber tenido en mi vida entera. He fallado tanto que he llegado a pensar que lo que pasaba era que padecía de una patología clínica ( potencial objeto de estudio de psicología  clínica) .  Sin embargo, sería injusto con Dios Padre y la vida por no sentirme profundamente agradecido por lo que me ha dado. Una esposa e hijos extraordinarios, una familia extendida amorosa, salud, amigos fuera de serie y  un espíritu rebelde para poner mis pocos  dones  al servicio de los demás.  

Hoy he decido que lo sensato es hoy perdonar al pasado con misericordia y candor, pero no perdonar al futuro. Por primera vez en mi vida he hecho esta mañana un ejercicio contable simple: en una hoja de papel he escrito las bendiciones a la izquierda y mis problemas/ retos  a la derecha. No me puedo quejar. No debería hacerlo. Tengo mas bendiciones que problemas.

Hoy empiezo un camino, con la certeza de que no hay certeza. Con la fe de que solo tengo la fe. Con las ganas de alguien que no tiene canas (un tema  capilar a mi favor!!. Aunque me han dicho que al cumplir cincuenta soy del mismo modelo que el taxi Volkswagen de las canciones de Arjona, que empiezo a  operar “de mediodía -abajo”   o que he llegado  a la edad de oro, el calendario parece no escuchar eso. Estoy en paz con lo que no tengo y no he logrado, porque lo que Dios me ha dado me prepara para luchar por lo que viene con mucha hambre y determinación. A mis 20 era rebelde sin causa, hoy a mis 50 soy rebelde con causa.

No me queda duda, de que hoy que abro la puerta del 5to piso, lo mejor esta por venir. No ha sucedido lo mejor aún. Porque si hay algo de lo que estoy completamente seguro es que ……LOS CINcuenta SIcuentan.