Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Diciembre 9, 2020
“Escucha el silencio. Tiene mucho que decir.”
-- Rumi
El título de estas
breves líneas puede parecer una contradicción intrínseca. Se puede pensar que
el silencio es completa ausencia de sonido. De igual manera, se puede pensar que el sonido solo viene de las palabras. Hoy,
escribiremos del sonido de los pensamientos.
Hace un par de décadas (aclarando públicamente que era yo prácticamente un infante por si esta haciendo los números el apreciado lector), escuché por primera vez el concepto de ondas cerebrales. Eso sucedió al participar en un seminario taller del Método Silva, donde el instructor nos explicó con detenimiento lo que significaban las ondas cerebrales. En esos días yo cursaba mis primeros años de la carrera de ingeniería, por lo que el tema encajaba perfectamente con la matemática y física estudiadas en las aulas. Sin embargo, fue hasta varios años después, que me di cuenta de la importancia de las ondas cerebrales en la vida de un ser humano.
Las ondas cerebrales
son las pulsaciones eléctricas que de manera sincronizada y armónica se dan
entre las neuronas (billones de unidades o células fundamentales del cerebro
humano comunicadas entre si diariamente). Son las comunicaciones intimas en
la raíz de nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos.
Para efectos prácticos y de una manera bastante atrevida, las definiremos, estableceremos sus diferencias y sobre todo, buscaremos su aplicación para tener una mejor calidad de vida.
Las ondas cerebrales son como notas musicales. Algunas son de alta y otras de baja frecuencia, ocupándose todas en la melodía de nuestro diario vivir. Su velocidad es medida en Hertz (ciclos por segundo) y existen en bandas (mientras más baja frecuencia se tiene mayor amplitud de onda) Científicamente las ondas cerebrales no pueden 20000verse; pero pueden medirse con un electroencefalograma. Dichas ondas son:
Infrabajas ( menores de
.5 Hz) : Muy poco
conocidas, difíciles de detectar y medir. Se cree que tienen un rol en las
redes cerebrales.
Delta ( de .5 a 3 Hz): Son las ondas del profundo dormir sin
soñar y de la meditación. No hay contacto con el mundo exterior. La curación y
regeneración están asociadas en este estado, por lo que el dormir adecuada y apropiadamente
tiene un efecto extraordinario en la salud. El cerebro, aunque quieto, no está
completamente apagado nunca.
Theta ( de 3 a 8
Hz): Son las ondas que
ocurren cuando dormimos. Son nuestra
puerta al aprendizaje, la memoria y la intuición. Es donde nos enfocamos
adentro y no afuera. Soñamos ( etapa REM) e imaginamos con claridad diáfana. Es el lugar
donde están nuestros miedos, temores y pesadillas.
Alpha (de 8
a 12 Hz): Son las ondas del aquí y ahora. Del
momento presente y atención plena. Permiten coordinación mental, calma, sentido
de alerta, integración mente-cuerpo y
aprendizaje puro. El paseo por un parque, un descanso en playa o una película
muy interesante en televisión son buenos ejemplos.
Beta (de 12 a
38 Hz): Son las ondas que
dominan nuestro estado consciente. Están dirigidas a las tareas cognitivas del
mundo exterior. Estamos alertas, atentos, involucrados en resolver problemas y
tomar decisiones. Van desde poco
involucramiento mental hasta nuevas experiencias y pensamientos complejos. Responder en un examen y hablar en público
son buenos ejemplos.
Gamma (de 38 a 42Hz): Son las ondas de más alta frecuencia. Procesamiento de información simultáneo de diferentes áreas del cerebro se dan en este estado. A pesar de ser alta frecuencia, la mente debe estar quieta para tener acceso a estas ondas. Todavía hay mucho que aprender sobre ellas, ya que por mucho tiempo fueron consideradas como ruido; pero investigaciones serias recientes apuntan a una relación directa con altruismo, amor universal y virtudes.
En resumen, hay tres
aplicaciones practicas que pueden derivarse de lo aprendido:
TODAS las ondas
cerebrales están presentes TODO el tiempo. No importa si dormimos o estamos en
una entrevista de trabajo ( muy sugerible no hacer ambas actividades al
mismo tiempo) nuestro cerebro siempre tiene presentes todos los tipos de
ondas, en diferente duración e intensidad. No se busca anularlas, sino mas bien
armonizarlas, distribuirlas eficientemente y alinearlas eficazmente. Hacer
tiempo para dormir y para resolver problemas. Para aprender y para relajarnos.
La percepción del mundo
a nuestro alrededor es CLAVE. Vivimos en un mundo que nos dispara
inmisericordemente cada día, lo difícil que puede ser el solo hecho de vivir o
sobrevivir. Desde pandemia del Covid19 hasta desastres naturales, desde crisis
económica personal hasta calentamiento global. Nuestra evaluación objetiva de
la realidad (muy difícil de hacer a veces) nos puede inclusive brindar
un escenario muy fértil de que debemos empezar a construir soluciones para
salir de los problemas (retos mejor dicho) que enfrentamos.
Empecemos a desarrollar
el músculo de nuestras ondas ALPHA.
Las ondas Alpha son el músculo
que debemos desarrollar para levantar las pesas del gimnasio de los problemas a nuestro
alrededor. La práctica de la completa atención al momento presente (
mindfulness), relajación y concentración
han probado científicamente desarrollar más la creatividad y la imaginación.
La ciencia no tiene porque
ser aburrida, monótona o distante. De hecho, cuando la usamos como base para
ponerla en práctica mediante ejercicios en nuestra vida personal y profesional,
se vuelve interesante, atractiva y cercana. La ciencia debe ser un lenguaje que
no tenga barreras de edad, clase social, sexo ni formación académica. Hoy es un
buen día para convertir la ciencia de las amplitud y frecuencia de las ondas
cerebrales en acciones concretas para mejorar nuestra calidad de vida y las de
los demás a nuestro alrededor. Hoy es un buen día para aprender a escuchar el
sonido del silencio.
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