Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Octubre 21, 2020
“La cruel ironía de las tareas del hogar: la gente solo se da cuenta cuando
no lo haces.”
-- Danielle Raine
Este breve ensayo es un
tanto diferente. Yo quisiera pensar que es una destilación de un profundo
aprendizaje de algo profundamente mundano y simple. Las siguientes líneas
hablan de un deporte que ya practicaba yo antes de la pandemia del Covid 19 a
menor escala y dominio; pero que debido al confinamiento ha escalado a otro
nivel. Ese deporte se puede describir como un proceso de higienización de
materiales resistentes de uso doméstico comúnmente denominado: lavar
platos en casa.
La verdad es que nunca
pensé que podría llegar a sintetizar siete
(7) lecciones aprendidas o aprendizajes prácticos de una actividad tan poco
atractiva y rutinaria como es el lavado de platos en casa. Sin embargo , es muy probable que dicha actividad me siga brindado más aprendizaje. Las siete lecciones aprendidas son:
1. LA TAREA PARECE,
MUCHAS VECES, INTERMINABLE. Es
difícil pensar que en una residencia de cuatro personas, la cantidad de platos
por lavar sea a veces escandalosamente grande. Mi formación académica me hace
pensar que como familia somos un tanto ineficiente en el uso de platos, vasos y
cubiertos. Sin embargo, cada vez que me enfrento a la dantesca tarea de limpiar
todos los platos (particularmente más difíciles los lunes temprano por la
mañana) no podía dejar de recordar una frase de quien considero una muy
importante mentora personal: Alison Levine, extraordinaria mujer, quien después
de escalar las siete cumbres más altas del mundo ( incluido el Everest en
2010) y recorrer los dos polos,
afirma con su genuina y acostumbrada
actitud positiva la siguiente verdad irrefutable: “No pienses en la montaña
completa, concéntrate poner un pié adelante del otro, un paso a la vez.”
2. LA ATENCIÓN AL
DETALLE. Un plato con algo de comida remanente, un
vaso sucio o un cuchillo mal lavado no solo es un problema visible de estética,
sino un problema de higiene. Al inicio ( ahora me pasa mucho menos) era
muy común que por hacer mi actividad mundana lo más rápido posible, la calidad
del lavado se sacrificaba. Realmente nunca pensé que lavar platos me reforzaría
la superlativa importancia de la atención al detalle en las cosas que hacemos,
sobre todo cuando alguien usará nuestro producto o servicio… aunque sea el
consumidor doméstico.
3. ENFOQUE EN EL
MOMENTO PRESENTE. Me ha resultado sumamente refrescante recordar
que el trabajo físico de naturaleza operativa y rutinaria obliga a concentrarse
en el momento presente. La atención
plena en la actividad donde se usa el agua y jabón ha desarrollado un poco más
la paciencia en mí. Es difícil lavar el plato del futuro y limpiar el vaso del
pasado. Realmente solo puede limpiar uno a la vez: el presente.
4. PRODUCTIVIDAD =
EFICIENCIA + EFICACIA. Por los últimos quince años, de una manera
casi religiosa en la mayor parte de mis clases impartidas, seminarios o cursos
brindados para clientes he usado esta fórmula.
Durante la pandemia, he descubierto que una extraordinaria manera de ponerla a
prueba en la vida real es lavar los platos. Nunca me lo imaginé.
Recordemos que eficiencia se define cono el uso inteligente de los recursos a
mi disposición y eficacia el logro de la meta deseada. No tiene mérito lavar
los platos con la celeridad ( eficiencia) de un vehículo Formula 1 en un
Grand Prix , si no se logra la meta de
poner algo limpio y cristalino sobre la mesa ( eficacia). De igual
manera (este es mi caso personal) no es aconsejable lavarlos tan
profundamente bien y lento que, aunque queden impecables, se acabe el agua del
tanque de reserva de agua de la casa. La pregunta es si puedo ser eficiente y
eficaz al mismo tiempo al hacerlo. Aunque pensándolo bien, comparto a todas
luces lo que pensaba el padre de la administración
moderna , Peter Drucker ( 1909-2005) quien brillantemente aseveró alguna
vez que si tuviera que escoger entre
eficacia y eficiencia, escogería eficacia.
5. ESCUCHAR PODCAST
EDUCATIVOS DURANTE LA FAENA. Debido a que mi tarea de
lavado de platos en casa por el Covid-19 se extiende de lunes a sábado muy temprano en
la mañana, decidí colocar estratégicamente mi celular ( con un parlante
móvil cerca) para que cada minuto utilizado en la jornada, yo pudiera escuchar un podcast o un video educativo sobre un tema de aprendizaje definido, para
hacer un buen uso del tiempo. Lo anterior me llevó a confirmar que es realmente impresionante la cantidad de información
GRATUITA que puede obtenerse gracias a la tecnología de hoy en día. Desde
webinars de las mejores universidades
del mundo hasta podcasts de gente que hace cosas muy interesantes. Desde
entrevistas con personas que muy difícilmente conoceré personalmente hasta
audiolibros completos. La ignorancia en 2020, es sin duda, una decisión consciente. Nunca el mundo tuvo
tanta información fácil, rápida y sin costo a su disposición.
6. LAVAR PLATOS LO
UBICA A UNO CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA. El fregadero es un democratizador o ecualizador
sin querer serlo. A nadie le importa mi maestría o mis años de experiencia, mi
talento para comunicar o la cantidad de amigos en Facebook en la práctica de
este deporte. Los platos no saben quién soy yo. La verdad es que no deberían.
Yo solo cumplo una tarea importante que pasa desapercibida la mayor parte del
tiempo.
7. EL HONOR Y
SATISFACCIÓN DE UN TRABAJO BIEN HECHO.
Siempre el sentimiento de haber alcanzado una meta me ayuda con mi dopamina
y serotonina, me brinda la satisfacción del deber cumplido y de alguna manera
me empuja hacia la siguiente actividad. No importa que esa actividad sea una
actividad doméstica no remunerada económicamente ni reconocida
públicamente. Ahora disfruto tanto el proceso que casi
siempre le pongo punto final con una fotografía del fregadero absolutamente
limpio, ordenado y seco. Dicha foto es enviada a la CEO de mi casa (Estoy
pendiente de la sesión de evaluación del desempeño)
Para una persona que
trabaja con ideas y conceptos en un mundo de intelectualidad manifiesta, este
proceso de incorporar algo rutinario, operativo, mecánico, establecido y de muy
poco impacto en el mundo corporativo como lo es lavar platos en casa, me ha
hecho entender con humildad, el privilegio de un trabajo honesto bien hecho…cualquiera
que sea. Ahora estoy convencido que cada uno
de nosotros, puede encontrar en las actividades más pequeñas, un lugar para
aprender, un espacio para desconectarse y hasta una dimensión para divertirse.
Buen mensaje maestro. Jajaja una tarea que nunca termina. Tómelo cómo el momento zen del día. Jajajj
ReplyDeleteJorge, me encanta tu escrito.
ReplyDeletesaludos
Jorge, me encanta tu escrito.
ReplyDeletesaludos
Excelente, buena reflexión.
ReplyDeleteJorge, claramente nos das una lección clara de cómo una actividad q puede ser rutinaria puede llevarnos a entender, como la eficacia y eficiencia nos llevan al éxito en lo más mínimo, como en lo más alto de una actividad profesional. Saludos
ReplyDeleteMe siento identificado con muchos puntos. Le comparto una lección que yo he aprendido, el hombre que generalmente no gusta de estas actividades al verse en medio de ellas logra valorar el esfuerzo que ponen nuestras madres, esposas o empleadas domésticas en estas tareas. Por otro lado la cantidad de horas dedicadas a esta importante actividad para la higiene de la familia es muy grande en el mes, y por tanto para ser más eficiente y efectivo es indispensable mejorar el proceso del lavado de platos, es decir automatizarlo. Reflexión final: me compraré en cuanto puedo un lavaplatos automático!
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