Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Junio 10,2020
“Mi padre era psiquiatra,
mi hijo mayor está estudiando
psicología, yo soy sin duda soy el eslabón perdido.”—Es una frase que usualmente cito cuando
en alguno de los seminarios, cursos y clases que imparto, me toca hablar de la
mente humana. Dicha frase tiene una parte muy seria y una parte muy simpática. La
verdad es que alguien que no me conoce me descalificaría de los temas de la
mente humana debido a mi formación académica universitaria de pregrado (ingeniería civil) y posgrado (maestría en administración de empresas).
Sin embargo mi pasión por el ser humano en general y la mente humana en
particular nació en las aulas como
estudiante pero se profundizó en las aulas como profesor. Hoy, he decidido
escribir unas breves líneas sobre uno de
los temas más apasionantes de la mente humana: el estrés.
Todo se lo
debemos a un brillante endocrinólogo húngaro-canadiense llamado Hans Selye. El
dr. Selye acuñó el término stress
después de extensos, profundos y maravillosos estudios que lo llevaron a ser
candidato para el premio nobel de medicina en 1949, entre otros reconocimientos
internacionales. Sin embargo en su trabajo profesional descubrió los tres
conceptos que definen, de una manera práctica una gran parte de las reacciones del
ser humano ante lo que le sucede.
El dr. Seyle
descubrió los conceptos de distress, stress y eustress. Tres
conceptos diferentes pero relacionados, distintos pero entrelazados. Los
conceptos con sus correspondientes nombres en inglés son muy claros y concisos (donde tenemos problemas es
cuando los traducimos al español, francés, alemán y portugués entre otros
idiomas).
Stress es la respuesta o reacción normal
de un ser humano a las situaciones externas que le afectan.
Todos los días tenemos stress.
Distress es la respuesta o reacción negativa
prolongada, severa o intensa de un ser humano a las situaciones externas que le
afectan. Es algo que se sale de lo normal y puede somatizarse ( afectar el comportamiento de órganos del
cuerpo humano pudiendo llegar a nivel críticos) El prefijo di- proviene del griego que significa doble.
Eustress es la respuesta o reacción positiva
de un ser humano a las situaciones externas que lo afectan. Independientemente
del tipo de estímulo externo ( positivo o
negativo) , la respuesta es positiva.
El prefijo Eus- proviene del griego
que significa bueno.
En lo particular
considero que en este tema hay dos elementos supremamente relevantes que pueden
cambiar (y en mi caso personal han
cambiado) la forma de ver las cosas.
El primer
elemento es que la ciencia define distress como nuestra reacción a lo
que nos pasa. Todavía recuerdo mi manifiesta, terca y enfática incredulidad
cuando un psiquiatra me explicó esto. No me gustó. No lo aceptaba. Lo rechazaba
con ahínco y fervor. Ahora resultaba que el distress era MI capacidad de reaccionar a lo que me pasaba y NO lo que me pasaba. Bajo esa premisa mis deudas, mis clientes,
mi esposa. mi suegra y el gobierno de mi país ya NO eran los causantes de
distress en mi persona. Lo que causaba mi distress era MI poca capacidad de
responder efectivamente a TODO lo externo que me sucedía. Me tomó varios años asimilarlo.
El segundo elemento
lo constituye el hecho que distress, stress y eustress son
realmente partes de una línea continua que comienza en la izquierda ( distress negativo) se mueve al centro ( stress neutro ) y puede llegar a la
derecha (eustress positivo). Es decir
es un concepto dinámico, cambiante, en constante movimiento.
Pocas veces en mi
vida he visto tanto distress a nivel
local regional y global como hoy en día. Es impresionante que la crisis sanitaria
del coronavirus SARS-CoV-2 (que produce la enfermedad Covid19 ), ha
desencadenado una crisis económica en muchos países por la cuarentena obligada.
Todos en todas partes hoy día, de una manera u otra, estamos experimentado distress. Ahora bien, si estudiamos con
detenimiento, acuciosidad y desapego pasional a los seres humanos,
organizaciones y países que a lo largo de la historia de la humanidad han
enfrentado pandemias, guerras, depresiones económicas, desastres naturales y
grandes crisis en general, encontramos un común denominador independientemente
del momento histórico, lugar físico o circunstancia donde se llevó a cabo: TODOS ejercieron su derecho a Eustress.
Todos tuvieron miedo, dolor, pánico, sufrimiento, pero con cierta claridad
estoica, con apego al libre albedrío y siguiendo el descubrimiento de Viktor
Frankl ( estimulo-espacio-respuesta)
convirtieron el estímulo negativo en una
respuesta positiva.
Realmente sería
ingenuo pensar que después de leer estas líneas, alguien diera inicio de
inmediato a responder positivamente a todo lo negativo que le pase. Eso sería
iluso, irreal y poco práctico. El proceso de desarrollar el músculo del eustress necesita un despertar que nos
lleve a un cambio de actitud y comportamiento. Necesita mucha, mucha, mucha
práctica. Necesita desarrollar un hábito, tal vez el más difícil de todos : Aprender a conocerse ( y mejorarse) a sí mismo. Nunca ocurre de la noche a la mañana,
nunca.
Siempre tendremos
distress, stress y eustress en
nuestra vida. Los tendremos cada día, sin duda. Como humanos reaccionaremos a
lo que nos pasa de una manera u otra. La clave es educarnos para como
reaccionar. Como eternos estudiantes de la universidad de la vida, podemos
intentar movernos hacia eustress en
la mayor parte de las veces posibles. Vale la pena por lo menos intentarlo. No
se me ocurre mejor intento.
OBS: Los términos distress y stress se traducen al español como estrés.
Lo mas impresionante de todo es que siempre la clave de todo esta dentro de nosotros (Aprender a conocerse y mejorarse así mismo).
ReplyDeleteSegún Aristóteles define los hábitos como aquello en vistas de lo cual nos comportamos bien o mal respecto de las pasiones. El hábito predispone a un sujeto para la realización perfecta de una tarea o actividad.
Crear un habito no es fácil pero tampoco es imposible y si como ser humano buscamos la mejora continua lo importante es dar el primer paso y comenzar aunque parezca difícil, para así poder lograr el éxito que nos hemos marcado.