Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Mayo 15, 2020
Me fascina el deporte del tenis.
Siempre ha cautivado mi atención la combinación de precisión, agilidad, enfoque a resultados, competitividad
y responsabilidad individual del deporte blanco. Desde muy chico esperaba los
últimos días del mes de junio para ver a los grandes : Borg,
Sampras y ahora mi favorito de todos los tiempos Roger Federer. Sin
embargo este escrito no es sobre tenis únicamente.
Me intriga la prevención como concepto
y comportamiento. Siempre he admirado como hay gente que tiene la visión,
claridad de pensamiento y disciplina de poder hacer lo posible por evitar algo
antes de que suceda o por lo menos de reducir su impacto negativo si el suceso
llegara a ocurrir. Sin embargo este escrito no es sobre prevención únicamente.
Con la llegada de la Pandemia del
virus SARS-CoV-2 que produce la
enfermedad Covid 19, el mundo, en mi opinión personal, no
estaba preparado para estar preparado. Es utópico pensar que un país,
organización, familia o persona puede estar preparado para TODO en TODO
momento; pero la pandemia ha rápidamente desnudado al ser humano donde podemos
ver un cuerpo de músculos con fortalezas
y debilidades, aciertos y desaciertos, actitudes y comportamientos. Sobre ese tema
apasionante podríamos escribir, dialogar y discutir por horas. Sin embargo, justo en medio de
búsqueda de conocimiento para salir de mi ignorancia, me encontré con algo
completamente diferente, inusual, poco común que me sorprendió sobremanera. Algo
que no había visto en toda la pandemia. Algo que realmente me hizo reflexionar
profundamente. El ente organizador del campeonato de tenis Wimbledon estaba
extraordinariamente preparado para el virus SARS-CoV-2 ( familia de los coronavirus) que produce la enfermedad Covid 19.
El campeonato de tenis de Wimbledon es organizado por la asociación
All
England Lawn Tennis que desde 1877 desarrolla
el evento considerado como el más antiguo y prestigioso del mundo. Es el tercer
torneo de Grand Slam (precedido por el abierto de Australia y
Francia) y seguido por al abierto de los Estados Unidos. Es un evento que se disputa en césped como superficie, con
una duración de dos semanas aproximadamente durante la cual los fanáticos nos
deleitamos con ver jugar a los mejores del mundo en el deporte del tenis.
Por todo lo anterior me veo en la
obligación de hacerle una pregunta: ¿Su país tenía un seguro contra pandemias? ¿Su
organización donde trabaja lo tenía? ¿Usted y su familia lo tenían?
WIMBLEDON SI LO TENÍA.
El año 2003, la Asociación All England
Lawn Tennis que organiza Wimbledon suscribió una póliza de seguros contra pandemia
cuyo pago anual correspondió a US$ 2
millones. Al final de los 17 años el pago acumulado reflejado en sus estados
financieros asciende a US$ 34 millones. Debido a la pandemia actual, la póliza
de seguro se hará efectiva muy pronto por un valor de US$ 140 millones pudiendo
sobrellevar con relativa facilidad la crisis sanitaria y económica que
atravesamos todos en el mundo hoy.
Aunque Wimbledon no recibirá los US$
310 millones que tenía proyectado por todos sus ingresos esperados ( tickets, transmisiones, patrocinios y
demás), no hay duda que su póliza de seguro ayudará plenamente a cubrir los
gastos de operación normal.
Es realmente asombroso escuchar algo
asi. No es común. Nada común. Aún en las
economías más robustas, empresas más rentables y familias más trabajadoras, el
concepto de póliza de seguro contra pandemia no es algo de esperarse. Sin
embargo la lección se encuentra de manera subliminal, conceptual, subyacente en
lo sucedido.
No estábamos preparados para estar preparados. La lección es que el concepto de póliza de seguro,
tanque de combustible de reserva, fondo de emergencia o como usted quiera
llamarlo, debe de existir siempre y en todo momento. Lo difícil es tener la
sabiduría práctica ( uno de los cuatro
valores de la filosofía estoica) de tener la visión
y disciplina para ejecutar dicha acción.
Los expertos en finanzas corporativas
y personales aconsejan tener un fondo de emergencia en nuestro balance general
por lo menos igual o mayor a seis meses nuestros ingresos brutos. Esto
significa que si sucediera una emergencia, tendríamos asegurados seis meses de
nuestros egresos o costos mensuales. Eso no es nada fácil para nadie. Y la
prueba está en las noticias del mundo de hoy. Un GRAN porcentaje de empresas y familias no podemos
tener confinamiento de meses, semanas e inclusive algunos días sin tener ingreso.
En resumen, la lección está brindada. Si no lo hicimos
antes, no lo hicimos. PUNTO. Sin embargo si aprendemos bien la
lección buscaremos incansablemente tener un mecanismo (seguro, fondo o reserva) para enfrentar futuras crisis. Dos aspectos
importantes se derivan de esto: 1. Nada garantiza que nuestro mecanismo nos permita sobrevivir del todo (pero
con seguridad ayudará a resistir el
golpe) y 2. También hay otro tipo de seguros no económicos que ayudan mucho
en crisis como la fé en Dios, confianza en nosotros mismos y esperanza de que hay una
luz al final del túnel.
"mayor a seis meses nuestros ingresos brutos." es difíicil porque no se lo proponen como meta, ademas agregá las prestaciones de los empleados
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