Por
Jorge Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Enero
15, 2020
Rentabilidad
es un término del vocabulario financiero que la Real Academia Española de la
Lengua (RAE) define como capacidad de generar beneficio, provecho o utilidad.
Lo anterior me lleva a que en estas breves líneas me atreva a extrapolar (aplicarla
a otro plano para concluir algo) la palabra rentabilidad al tema del error humano.
Uno de
las historias que más me han impresionado sobre la extraordinaria carrera
profesional de Jack Welch (Director
Ejecutivo de General Electric de 1981 a 2001, considerado uno de los más
sobresalientes líderes empresariales de todos los tiempos) fue cuando leí
su libro Straight from the Gut (Hablando
Claro en la versión en español) en el
año 2002 y en un pasaje explicaba lo que le había pasado a Welch cuando
accidentalmente explotó una planta química en 1963. Afortunadamente nadie
falleció en el incidente ni hubo daños
humanos. Jack Welch estaba convencido
que lo iban a despedir por lo sucedido. La magnitud del error cometido era tal
que no se imaginaba nada diferente a un despido inmediato y sin
contemplaciones. Sin embargo algo muy extraño sucedió. Cuando se presentó a enfrentar a su jefe, este lo recibió con un
ejercicio básico del método Socrático. Inmediatamente le hizo 4 preguntas: ¿Por qué sucedió el
accidente? ¿Qué hubieras
hecho diferente? ¿Por
qué hiciste lo que hiciste? ¿ ¿Por
qué no hiciste otra cosa? Completamente asombrado,
poco después Welch le preguntó a su jefe: ¿Estoy
despedido? Y su jefe le contestó: ¨No.
Como te vamos a despedir si acabamos de invertir miles de dólares en
capacitarte como explotar plantas. Ahora tu responsabilidad es entrenar a todos nuestros jefes en
todas nuestras plantas en el mundo, como
no explotarlas.¨
Impresionante
historia. Error no es sinónimo de
fracaso. Error es parte de un proceso que nos ha desviado de ir del punto A al punto B. Fracaso es un estado emocional donde hemos
tomado una decisión consciente de que ya no seguiremos adelante porque nos
afecta demasiado lo que sucedió y no es
posible intentar de nuevo.
Errar
es de humanos, es algo inevitable. Es intrínseco a la naturaleza de cada uno de
nosotros; pero también es único en la
especie humana, aprender del error cometido, evolucionando al buscar no
cometerlo de nuevo. No tomar ese camino, ya que hemos probado que no nos lleva
al destino.
Si
usted es un lector escéptico, estará pensando: Estas líneas solo son una
justificación para equivocarse y salir bien librado. Nada más lejos de la verdad.
En mi
vida personal y profesional doy fe de haber cometido más errores que aciertos.
Mi análisis contable demuestra diferencia numérica considerable. Errores dolorosos cometidos me han costado dinero, tiempo perdido y hasta
puestos de trabajo. Cometer un error es humano, pero cometer el mismo error
repetidamente indica un comportamiento que tiende a lo patológico. ¨Hay que cometer errores nuevos todos los
días, nunca los mismos viejos¨ es una de las frases más acertadas de Esther
Dyson destacada economista de la Universidad de Harvard. Estoy completamente de
acuerdo con ella.
En mis
clases en la universidad o en los seminarios que imparto siempre pongo de ejemplo que
un creyente católico no debería confesarse de un pecado con el padre en el
sacramento de la confesión, ser absuelto
y de ahí volver a cometer el mismo pecado una y otra vez cada semana. Aunque la
misericordia es inmensa y pletórica, no debe por ello el creyente abusar de ella.
Preguntarse porque lo hizo puede llevar a un cambio de actitud y comportamiento
que evite volver a cometer el mismo error.
Estoy
claro que hay cierta escala de la magnitud de los errores. Hay errores fatales
con consecuencias fatales. De ahí que el error debe atacarse con rigor
matemático y apreciación filosófica, para quitarle esa tremenda carga emocional
de culpa que no nos ayuda en nada. Usted comete un error, hágase responsable de
las consecuencias de lo sucedido, no se martirice o victimice sintiendo culpa
extraordinaria. Todo error tiene consecuencias.
El ser
humano se siente suficientemente mal cuando comete errores. No necesita
escarmiento público. Los extraordinarios
jefes llaman la atención en privado por
el error cometido a la vez que premian en público. Los mediocres hacen
exactamente lo contrario.
Para
concluir creo que un algoritmo práctico cuando cometemos un error es hacer tres
cosas: a) Hacerse las preguntas duras de
porque pasó lo que pasó, b) Hacerse absolutamente responsable de las
consecuencias de lo sucedido y c) Solucionarlo, corregirlo para que no se
vuelva a dar y moverse hacia adelante lo
más rápido posible. Por supuesto que esto, como la mayor parte de los
retos de mejora organizacional y personal, es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
El
error cometido es uno de los mejores profesores del mundo. Nos hace pensar y
reflexionar. Nos hace planificar y presupuestar. Nos hace evaluar y mejorar. Ahora
bien, uno tiene que estar en clase para aprender del profesor y poner en práctica
lo aprendido, ya que el verdadero conocimiento es un archivo ejecutable. Aprender
de nuestros errores, sin culparnos, es muy efectivo y sobre todo,
rentable.
Excelente y extraordinaria reflexion , errores cometeremos muchos en la vida , pero de cada uno de ellos debemos aprender , los errores nos ayudan a tener otra perspectiva de la vida otra cara de la moneda , los errores nos ayudan a crecer y a mejorar .
ReplyDeleteSaludos .
Me gusta mucho lo de hacerse responsable de lo sucedido. Hay que interiorizar los errores. Más bien errores son experiencias me enseñó un maestro hace algunos años.
ReplyDeleteExcelente.!! " el error es el mejor profesor del mundo"
ReplyDelete"Hay que cometer nuevos errores "👌
Pienso... que los errores son como las normas, si no las cumples lo haces mal. para mi no hay errores solo aprendizaje. ahora bien los fracasos son sentimientos que te pueden llevar a un error...
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