Por Jorge
Manuel Zelaya Fajardo
www.jorgemanuelzelaya.com
Enero 31, 2019
El 5 de diciembre de 1960 le fué
presentada
al presidente Dwight D. Eisenhower (presidente
número 34 de los Estados Unidos entre los años 1953 – 1961), una tigresa real
de color blanco muy especial llamada Mohini.
Precioso animal de exóticos colores y presencia física imponente con solo dos años
de edad en ese momento. Proveniente de la India, su nombre Mohini es el femenino
de Mohan que traducido al español es hechicera.
Durante muchos años Mohini
habitó en el Museo Nacional de Washington D.C. donde la mayor parte de ese
tiempo, ella vivió en la ¨casa vieja del león¨
que podría ser descrita como una típica jaula de 3.5 metros de largo por 3.5 metros de ancho
en donde destacaba su piso de cemento y sus gruesos barrotes de hierro que evitaban la salida libre
de Mohini. Era muy normal y cotidiano
que Mohini recorriera agitadamente su cueva cuadrada moviéndose de un lado al
otro, en espíritu exploratorio. Con el pasar de los tiempos, un equipo de
biólogos junto con el personal del zoológico decidió construirle un hábitat natural
a Mohini. Después de un cuidadoso diseño, construyeron un lugar que podría ser
descrito como ideal para un animal como ella, conteniendo una vasta extensión de
metros cuadrados con colinas y árboles que pudieran brindarle al animal un
espacio amplio para poder moverse y circular con libertad. El nuevo ambiente
tenía hasta un estanque rodeado de abundante vegetación. Un lugar realmente
ideal para mejorar su calidad de vida.
Durante los días precedentes a la inauguración de
la nueva área, todo el equipo del zoológico estaba lleno de entusiasmo y expectativa.
Para cuando el día llegó, Mohini observó con ojos de asombro el lugar y lo empezó
a recorrer con una impresión de novedad intensa. Sin embargo, al poco tiempo después
de recorrerlo todo, Mohini buscó acomodarse en una de las esquinas de las
nuevas instalaciones donde se ubicó con mucha facilidad. Voluntariamente, Mohini
se refugió en un espacio muy parecido a 3.5 metros por 3.5 metros de su
anterior cueva. Ese comportamiento permaneció en ella hasta el final de sus días.
La historia de Mohini puede extrapolarse a nuestras
vidas de varias maneras, en varias facetas y en varias dimensiones. Sin embargo,
el mensaje puede ser sintetizado de una manera muy fácil y sencilla. Los hábitos de pensamiento pueden generar
en nosotros comportamientos limitantes de manera significativa, aunque no nos
demos cuenta. La mente de un ser humano puede acostumbrarse a un sentido de
seguridad, comodidad y bajo riesgo que limite de una manera real las
potencialidades de él mismo.
Quisiera
pensar que la triste historia de Mohini, pueda convertirse en un legado de
aprendizaje que derive en un final feliz. Que, al ver su sustancialmente
mermada libertad por auto imposición, despertemos a retarnos a nosotros mismos aún
cuando la vida no lo haga en los momentos que no se manifieste. Que su
sufrimiento se redima en la libertad de nuestro pensar y actuar rompiendo el
dogma, la ignorancia y el miedo como ausencia principal de fé. Que se redima en una libertad que no tenga como
limite sólo las metas, sino el máximo uso de nuestro potencial. Tarea singularmente difícil hoy día.
"La jaula aunque sea de oro..."
ReplyDeleteSiguiendo con la historia de Mohini me hace pensar en cuantas veces nos acostumbramos a nuestra "zona de confort" y que por miedo, por comodidad o simplemente porque no somos capaces de explotar todas nuestras capacidades o no somos capaces de desarrolar otras competencias, somos tan felices en nuestra jaula llamese a una oficina con un escritorio con nuestro nombre, con muchos jefes y con cantidades de trabajo interminable, que el día a día nos consume, adornamos esta jaula con un aire acondicionado o una silla más comoda o con algo que nos haga parecer que a este lugar pertenecemos. Como Mohini nos hemos encontrado muchas veces y no es difícil darse cuenta que estamos dentro de este paradigma lo difícil es tomar la decisión de romper con el y pensar fuera de la caja, a veces solo necesitamos confiar en nosotros mismos y dar ese paso de Fe...
Me encantó, excelente reflexión!!!
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