Por Jorge Manuel Zelaya Fajardo
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Diciembre 4, 2018
Marie Fredriksson es una de mis heroínas. La prodigiosa voz de esta talentosa cantautora sueca deleitó a una generación completa durante los 80´s y 90´s como parte del exitoso dueto ROXETTE ( fundado con el compatriota Per Gessle). Sin embargo, mi admiración proviene de algo más que su talento por la música. En una mañana de septiembre de 2002, después haber salido a correr con su esposo, no se sintió nada bien y pocos minutos después se desmayó por lo que fué trasladada a un hospital cercano. Marie tenía un tumor en el cerebro. Los exámenes médicos pronto arrojaron un resultado fatal. Tenía un tumor maligno que debia operarse de inmediato. El procedimiento quirúrgico fue un éxito; pero las consecuencias fueron costosas e inesperadas. Marie había perdido la vista del ojo derecho, no podía leer, ni escribir…ni cantar. Durante muchos meses, con tremendo esfuerzo, estoicismo y decisión Marie luchó incansablemente por recobrar sus sentidos al mismo tiempo que sucedió algo extraño. Ella redescubrió su pasión infantil por el dibujo, actividad que si podía ejecutar bien, por lo que la practicaba a diario.
Marie volvió a cantar y hacer presentaciones como ROXETTE en los años subsiguientes. En mayo de este año 2018, Marie Fredriksson cumplió 60 años de edad habiendo recuperado sus habilidades sensoriales originales, descubierto algunas nuevas y potenciado otras ocultas . Marie Fredriksson es, sin duda y sin saberlo ella, una profesional en NEUROPLASTICIDAD.
NEUROPLASTICIDAD es la habilidad propia del cerebro de formar nuevas conexiones neuronales, Es decir, es aquello que permite a las neuronas (células nerviosas del cerebro) compensar por lesión o enfermedad y ajustar a las situaciones o retos de la vida cotidiana
Ahora bien, lo más maravilloso de los descubrimientos de la ciencia en los últimos 30 años es que la NEUROPLASTICIDAD puede ser en extremo útil para los cerebros saludables de igual forma.
El cerebro puede, a través de la NEUROPLASTICIDAD, “reconectarse “ para desarrollar nuevos hábitos que mejoren la salud física , mental, emocional y espiritual de un cerebro humano.
Cualquier ser humano, practicando un simple protocolo de actividades, puede ayudar a su cerebro a tener NEUROPLASTICIDAD, efectuando actividades como ser: desarrollar el hábito dormir 7 horas diarias, hacer ejercicio aeróbico y/o anaeróbico moderado tres veces a la semana (ideal para liberar endorfinas), ,aprender otro idioma, bailar, practicar nuevos deportes y usar la mano no dominante, entre otras actividades.
Aunque el término NEUROPLASTICIDAD fue usado primero por el neurocientífico polaco Jerzy Konorski (1903-1973) la aplicación práctica en la vida de los seres humanos tiene tremenda vigencia hoy y en el futuro mediato.
En un mundo tan ajetreado, con altos niveles de distrés y poca atención a nuestra salud mental, la NEUROPLASTICIDAD se perfila como un deporte a practicar con disciplina y enfoque, con diversión e inquietud de aprendizaje. La ciencia nos ha demostrado que no solo las pacientes víctimas de traumatismos y patologías sean los que se benefician de ella, por el contrario hay una tremenda oportunidad de beneficiarnos todos al buscar desarrollar más y mejor ese pequeño órgano llamado cerebro que con escazas 3lb de peso contiene más de 100 billones de neuronas. A lo mejor la NEUROPLASTICIDAD llegue a convertirse hoy en día, como la fuente de la eterna juventud.
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